Cada víspera de Año Nuevo la mayoría de nosotros solemos hacer un balance de cómo ha ido nuestro año. Nuestro examen de conciencia normalmente busca entre unos parámetros estándar: qué hemos hecho bien, qué debemos mejorar, qué debemos cambiar y qué queremos comenzar.

Es en este apartado donde se nos acumulan los propósitos de Año Nuevo los cuales, tras comentar con amigas, suelen ser de lo más variopintos. Desde comenzar a hacer más deporte hasta iniciar un grado universitario, pasando por clases de ballet o un simple corte de pelo.

Este año mis amigas me han pedido consejo, ya que les gustaría implementar algunos cambios en su estilo de vida para ser más sostenibles. ¿El problema? Básicamente que deben ser sencillos para que no les cueste llevarlos a cabo y sean capaces de mantenerlos en el tiempo.

¿A ti también te gustaría comenzar el 2022 con el propósito de ser más sostenible? Perfecto, porque me he puesto manos a la obra y he realizado una lista de 5 sencillos trucos para un Año Nuevo más sostenible.

5 Tips sencillos para un 2022 más sostenible.

Deshazte de la bolsa de plástico.

Aunque la mayoría de los supermercados han comenzado a cobrar por usar sus bolsas de plástico, la mayoría de las personas siguen usándolas (aunque tengan que pagar por ellas). Algo tan sencillo como adquirir el hábito de llevar en el bolso una bolsa reutilizable ayudará mucho en reducir considerablemente el plástico de nuestro 2022.  Para que sea lo más fácil posible te aconsejo que busques una bolsa bonita de tela que puedas plegar en un paquetito pequeño, para que no abulte y sea tan cuqui que te apetezca mostrar a todos tu buen gusto.

Las bolsas de malla de Cero Residuo nos parecen tan monas que hacen facil decir «no» a las bolsas de plástico.

Compra producto local y de temporada.

Piñas de Costa Rica, arándanos de Perú … la comida en que encontramos en el súper normalmente ha recorrido medio mundo antes de terminar en nuestro frigo. Esto hace que cada producto tenga una huella de carbono considerable. La solución es sencilla: apuesta por comprar producto de proximidad y de temporada.

En lugar de adquirir estos productos en grandes cadenas de supermercados, busca pequeños comercios locales o mercadillos de agricultores. Puedes comprar por piezas para consumir lo que realmente necesitas y te aseguro que tus productos frescos durarán muchísimo más.

Usa detergente para ropa ecológico.

Aunque no lo creas, los detergentes para ropa son una pesadilla medioambiental. Están cargados de productos químicos abrasivos y nada respetuosos con el medioambiente. Además, si apuestas por el formato líquido o en cápsulas tienes que añadir que el empaquetado en plástico pesado difícil de reciclar. 

¿Quieres cambiar? Puedes hacer tu propio jabón con aceite de oliva y sosa, una sencilla mezcla que dejará tu ropa impecable. Si no quieres ponerte a puedes buscar una alternativa comercial ecológica, como éste de Flopp.

Seca tu ropa al aire libre.

¿Sabías que una secadora de ropa es uno de los electrodomésticos que más energía consumen? Si al gasto energético le sumas el precio actual del Kw/h es para pensarse volver a utilizarla ¿no te parece? Pues te proponemos una alternativa sostenible y barata: vuelve al tendedero.

Tiende la ropa en tu balcón cuando esté soleado y en el dormitorio o el baño cuando llueva. Con este sencillo gesto estarás ayudando al planeta ¡y a tu bolsillo!

Hazte Flexitariano.

No, no has leído mal. Este término existe. Flexitariano es aquel que aunque habitualmente lleva una dieta vegetariana come productos cárnicos de vez en cuando.

Con esto te proponemos que si no te crees capaz de llevar una dieta vegana apuestes, simplemente, por rebajar el consumo de carne. Ya se ha documentado lo dañina es la industria cárnica en general, por lo que te proponemos un sencillo cambio para bajar la huella de carbono.

Vale que no seas vegetariano, pero no te creerías lo que hace por el medioambiente el hecho de comer carne solo un par de veces a la semana. Además, si abres tu mente y te decides por probar productos sustitutivos vas a encontrar delicias proteicas alternativas de todo tipo: desde lasañas con boloñesa vegetal hasta tu hamburguesa favorita de Burger King, pasando por…¡Cachopos!

Así que abre tu mente a la proteína vegetal y te sorprenderás del abanico de sabores y texturas que encontrarás.

APUNTATE A LA MODA ECO.

Este año puede ser el momento del cambio que querías hacer en tus hábitos. Di adiós a la moda rápida de usar y tirar, a comprar prendas y zapatos que no son sostenibles, que no cuidan a quienes los fabrican ni el medio ambiente.

Apúntate a la moda eco. Haz limpieza en tu armario, deja las prendas y calzado que sean atemporales y deshazte de todo aquello que se ha pasado de moda. Compra pocas prendas pero de alta calidad, fabricadas de forma sostenible y que cuenten con materiales naturales como la lana, el algodón o el lino. Si te gustan los tejidos sintéticos, apuesta por los que están hechos con deshechos plásticos reciclados.

¿Y en zapatos? ¿Hay zapatos sostenibles? Por supuesto. La nueva colección de Finding Alex es un ejemplo. Calzado hecho con pieles de deshecho y curtición ecológica, donde priman las materias primas y la perdurabilidad. Un calzado que se fabrica en Alicante y en cuyas fábricas todos los trabajadores cuentan con las condiciones laborales establecidas por la UE. Todo esto, junto a su gran diseño, hacen de Finding Alex la mejor opción de calzado sostenible.

¿Te unes al cambio?

Ya se han encendido las luces de Navidad en la mayoría de las ciudades de nuestro país. Empezamos a hacernos eco de que una de las fechas más bonitas del año se acerca. Días plagados de reuniones familiares, de reencuentros con esos amigos que viven fuera, de disfrutar con los niños de estos días mágicos… Y de consumismo desaforado, no nos engañemos.

Pero este año todo va a cambiar, porque nos hemos propuesto firmemente daros 5 claves para una Navidad Slow, que os ayudarán a disfrutar de las pequeñas cosas y a volver a ver estas fiestas con ojos de niño.

5 tips para disfrutar de una Navidad Slow

1. Disfruta de las reuniones familiares.

La Navidad es una época en la que todos solemos disfrutar de más momentos en familia. Probablemente para la mayoría de nosotros es uno de los alicientes de estos días, pero ¿qué pasa cuando nuestra familia es motivo de estrés y discusiones? ¿De verdad es necesario tener que pasar por esas reuniones interminables?

Planteemos la situación desde otro prisma y miremos el lado positivo de estas reuniones. A veces tener que pasar tantas horas con hermanos, padres o cuñados hace que nos pongamos un poco de los nervios. Es normal. Cada familia está compuesta por muchas personas y cada una de ellas tiene su carácter, que puede ser más o menos afín al nuestro. Entonces ¿qué debemos hacer para sobrevivir a estas eternas comidas e incluso disfrutarlas? La respuesta es sencilla: ser agradecido.

Podemos agradecer que estamos otro año más, que no falta nadie o que ha faltado alguien y le gustaría vernos reunidos. Podemos agradecer la salud, el cariño que pese a todo nos tenemos. Simplemente poder estar reunidos una vez más debería ser un motivo de agradecimiento suficiente en estos días.

La bondad -no el genio, ni la gloria, ni el amor- es lo que refleja la grandeza del alma humana.

Henry Lacordaire

2. Haz tardes de pelis navideñas.

Aunque no lo creas esta es una de las actividades que desde que llegaron los niños se ha implantado en nuestra casa. Puede parecer un poco infantil, incluso una tontería, pero estas pelis, con toda su nieve y sus buenas acciones, siempre consiguen ponernos el corazón contento ¿no te parece?

¿Se te hace un poco pesado? Amplía tus miras. Si haces una encuesta previa es probable que te des cuenta de que cada miembro de tu familia tiene su propia peli navideña favorita así que ¿por qué no aprovecharlo?

Una tarde Love Actually, otra Klaus, otra Solo en casa…La lista puede ser larga y de todo tipo así que coge un puñado de maíz, haced un buen bol de palomitas y disfrutad de tardes de pelis y mantas en familia. Estarás creando unos recuerdos maravillosos para tus hijos.

3. Enseña a dar.

A mis hijos les inculco mucho que compartir es amar. Sí, son pequeños y probablemente aún no sean conscientes del significado de mis palabras. Pero lo cierto es que creo que, si haces las cosas cada día, aunque no te gusten poco a poco acaban convirtiéndose en algo intrínseco en tu día a día.

Compartamos. Es una época perfecta para empezar a hacerlo y, probablemente, verás la maravillosa sensación que te queda tras ver que tus actos han ayudado a alguien. Al final son las pequeñas cosas las que cambian realmente el mundo.

Un verdadero acto de buena voluntad siempre enciende otro

Klaus, película Netflix.

Ayudar a esa señora mayor a subir la compra, llevar la ropa que no usas a alguna fundación, colaborar con una ONG, participar en un acto de voluntariado, pasar unas horas leyendo cuentos en una residencia de ancianos… La lista de cosas que puedes hacer es infinita. Y solo necesitas tiempo.

Aunque muchas veces no seamos conscientes la mayoría de las personas pensamos que el mejor regalo es sentirnos queridos así que ¿no crees que la Navidad es un buen momento para demostrar amor y empatía por los demás?

4. Haz regalos caseros.

La temporada navideña es una época de consumo desmedido, en la que nos vemos casi forzados a comprar de forma automática un montón de objetos y regalos producidos en cadena, pero eso va a cambiar.

Este año te proponemos que hagas los regalos de tus amigos más queridos. Como esta época del año está tan comercializada será bonito hacerles ver que has dedicado tiempo a hacerles algo diferente y único.

Un portafotos con una imagen vuestra, un bote con sus galletas favoritas o una bufanda son manualidades que les demostrarán cuanto les quieres y lo especiales que son para ti.

5. Aprovecha el momento.

La cena de Nochebuena o la comida de Navidad suele ser un día especial para todos en estas fiestas. Mis padres siempre preparan esa comida especial que les lleva mucho tiempo preparar. Y lo hacen con toda la ilusión y el cariño del mundo, porque nos quieren. Y eso es de agradecer.

Disfruta de recordar tradiciones, de cantar villancicos, de jugar al parchís en familia o simplemente disfruta de la compañía de familiares y amigos. Es el momento de hacerlo y de crear recuerdos maravillosos junto a las personas que nos quieren.

Además, puedes consolarte pensando en que, tras estos días, volverás a poder disfrutar de un momento de tranquilidad para leer un libro y relajarte tras las vacaciones.  

Prisas todo el día, pitidos en atascos, gritos, calendarios, agendas… Te suena, ¿verdad? Esto que debería ser algo anecdótico, se ha convertido en el pan de cada día en nuestra ajetreada vida.

Pero desde hoy, esta situación está a punto de cambiar porque nos hemos propuesto mostrarte cómo empezar el cambio hacia una vida tranquila en solo 5 movimientos.

¿Preparado para este viaje?

Párate. Respira. ¿No sientes a menudo que estás pasando de puntillas por la vida? Tal vez ha llegado el momento del cambio.

Pequeños cambios para abrazar la Slow Life.

• El cambio empieza en tu estómago.

El primer paso de una Slow Life es la Slow Food.

Desde hoy no valen esos snacks rápidos, esas comidas rápidas hipercalóricas ni atiborrarse a refrescos con cafeínas, taurinas y demás inas.

A partir de ahora debes amar a tu sistema digestivo como a ti mismo.

Productos frescos, de proximidad y de temporada. Aderezos y salsas caseras. Legumbres, alimentos integrales, yogures… No es una dieta, se trata de comer alimentos saludables.

Otra cosa: nada de prisas a la hora de comer. Relájate, disfruta de cada bocado, saborea los alimentos. Deja la tele a un lado y charla con tu compañer@ de trabajo, de vida o con tu gato. Sea como sea, debes hacer de este momento tu ratito de desconexión (o de reconexión contigo).

• Mens sana in corpore sano.

No hay cambio ni transformación personal sin momentos de introspección. Y es que a veces nos hemos perdido a nosotros mismos entre tantos ruidos y ajetreos, por eso ahora es momento de reencontrarse.

Dedica cada día un ratito, aunque solo sean unos pocos minutos, a meditar. O a pensar en tus cosas. O a recordar momentos felices. Aunque no lo creas, no es sencillo. Hay que sincerarse mirarse un poco el ombligo (con lo bueno y lo malo que esto tiene).

Haz de ese instante un momento de disfrute donde volver a conocerte, donde olvidar los ruidos de fondo, donde recapacitar sobre quien eres y hacia dónde vas.

• Hazlo tú mismo.

Para adentrarte en el movimiento Slow es necesario que cambies tus hábitos, incluidos los de consumo.

Olvida las tardes por el centro comercial y adéntrate en el mundo de las cosas made by yourself.

Envuelve y personaliza tus regalos con lo que tengas por casa, haz conservas con ese excedente de fruta que compraste o pide a tu abuela la receta del jabón para aprovechar el aceite sucio.

Recuerda que una de las bases de la Slow Life es el desperdicio cero o Zero Waste.

• Pon tu vida en orden.

Sí, te vamos a hacer trabajar un poquito porque para tener una vida tranquila debes empezar por ordenar tu casa.

¿No te ha pasado que cuando está todo manga por hombro te alteras y cambia tu estado de humor? Es algo bastante habitual. Precisamente por eso el cambio debe comenzar por poner a punto tu hogar.

Respira hondo, ponte un par de capítulos de Marie Kondo y empieza a trabajar.

Te sorprenderá lo que un poco de orden y limpieza pueden hacer por tu estado de ánimo.

• Haz nada.

Sí, lo que oyes. Dedica tiempo a no hacer nada. Apaga el móvil (o siléncialo), hazte tu infusión favorita, pon a punto tu sillón favorito y…voilà.

Al principio de costará llevarlo a cabo, en una semana serás capaz de dedicar unos minutos en días alternos y, en menos de lo que piensas, estarás encantado de poder tener tu ratito diario de relax.

Como ves, los grandes cambios comienzan siempre por pequeños gestos. Comienza poco a poco, con rutinas que te hagan sentir cómodo y en poco tiempo habrás abrazado la vida Slow sin darte casi cuenta.